Puede ser, te cuento. Había salido a jugar y uno de los niños que vivía en mi barrio tenía un neumático de un camión. Te preguntarás qué hacía con esa cosa este niño. Nadie estaba muy claro y tampoco sabíamos muy bien para qué nos servía. Unos pocos le dijeron que sacara ese neumático para jugar a la pelota, otros tantos saltaban con él. Hasta que llegó un niño y dijo: “Yo me puedo meter adentro y ustedes me pueden empujar”. El juego había empezado.
Todos nos subimos a ese neumático y rodamos por toda la cuadra del barrio. Unos avanzaron más, otros menos, pero hubo uno que dijo:
—Llevemos el neumático a la calle de arriba y me tiran con él.
Todos gritaron eufóricos con esa genial idea. Entre todos tomamos el neumático y nos fuimos a la calle de arriba. La calle tenía una pendiente importante y algunos la usaban para tirarse en bicicleta, patines o skate, pero nunca en un neumático con un niño adentro.
Me acuerdo que el neumático estaba pesado. Quizás tenía siete u ocho años y el osado niño que se lanzaría tenía como diez, y la edad de los demás era la misma; nadie tenía más de diez años. Así que, como verás, la idea no era muy buena, pero para un niño de esa edad era una idea maravillosa y segura.
Al llegar a la esquina de la calle, el niño dijo:
—Sostengan el neumático y entre todos me lanzan, yo les aviso.
Y así fue. Entre todos lo lanzamos cuando él nos avisó. Salió rodando calle abajo. Todos nos reíamos y el niño que estaba en el neumático se reía también, además de gritar tonterías. Al cabo de unos segundos, esos gritos de alegría fueron de socorro y salimos corriendo atrás del neumático para pararlo, pero no podíamos, hasta que el niño de alguna forma salió del neumático rodando.
Pero…
El neumático siguió rodando calle abajo como unas cuatro cuadras más. Ese neumático no quería parar. Gritábamos “¡Cuidado con el neumático!” a las personas que aparecían en la calle y nosotros atrás de ese furioso y descontrolado neumático, pero hubo un punto en que ya no podíamos seguir y el neumático se fue muy rápido.
Nos quedamos mirando cómo avanzaba hasta que se acercaba a la avenida principal donde pasaba y pasa aún el mayor flujo de vehículos de la población. Me acuerdo que me tomé la cabeza pensando que esto iba a terminar mal. El neumático atravesó la avenida principal como una flecha y llegó a un terreno baldío, donde chocó con rocas, se desestabilizó y terminó cayéndose allí, dejando una polvareda gigante. Todas las personas quedaron mirando el hecho.
Al neumático se lo llevaron y a todos nos retaron por haber hecho eso. Ya han pasado varios años de eso y ahora ya no me entretengo tirando neumáticos con amigos adentro. Pero cada vez que veo un neumático grande me acuerdo de todo eso.
Con el pasar del tiempo, una de mis entretenciones ha sido el computador, además de toda la tecnología que lo rodea. Es verdad que para algunos se les hace difícil esa tarea; en el trabajo siempre me preguntaban cosas del computador, siendo que no estaba contratado para eso. El tiempo pasa y ya casi veinte años que una de mis aficiones es el computador, reparándolo, programando códigos, páginas web y haciendo uno que otro proyecto por allí.
El otro día realicé un test de anime, donde varios sacaron buen puntaje, y eso que algunas preguntas estaban bien difíciles. Ahora hice esta otra página web que es la guía de personajes de Dragon Ball, se las dejo:
En esta guía aparecen 101 personajes de Dragon Ball y Dragon Ball Z. Después agregaré a los de GT y Super. Para disfrutarla solo debes apretar en la imagen de algún personaje y te aparecerá una breve descripción de él.
Para terminar, te dejo unas noticias de esta semana para que las leas.
Que tengas un buen día.
Saludos,
Javier