Escribo porque me gusta compartir mi pasión por el anime, manga y cómics.

Me gusta compartir información, anécdotas, opiniones sobre anime, manga, cómics y las figuras que salen. De vez en cuando hago concursos y sorteos. Por lo general, envío correos electrónicos todas las semanas, a veces más de uno.

Unirse al boletín no cuesta nada, es gratis, pero si esto no es para ti, no te suscribas.

Se me había olvidado!!




Era 1997 y estaba saliendo de la escuela y, como siempre, me puse a mirar el kiosco que estaba cerca de allí. Miré algunos cómics, pero hubo algo que me llamó la atención. Era el álbum de Dragon Ball; en esos días, la serie se estaba popularizando rápidamente. Cuando vi el álbum, pensé de inmediato que ese álbum sería mío.

Y empezó la colección. Al principio, fue fácil adquirir las láminas, pero, al transcurrir el tiempo, no; había láminas muy difíciles de conseguir. Entonces comencé a intercambiar y jugar láminas. El juego consistía en poner dos o más láminas en el suelo y golpearlas con la palma. Había que tener una buena técnica o, si no, te dolerían las manos.

Y lo último era comprar láminas una por una. Me había desanimado porque era difícil encontrar todas las láminas; algunas eran muy difíciles de conseguir. Un día de esos, un compañero me dijo que había completado todo el álbum. No le creí, pero al verlo no quedó duda: el tipo había completado todo el álbum.

Al ver que mi compañero lo había logrado, seguí con mi plan: intercambiar, jugar y comprar láminas. Al tiempo, lo logré. El álbum lo había completado. Estaba muy contento por mi logro. No sabía qué hacer y le pregunté a mi amigo qué pasos debía seguir. Él me dijo: "Anda a la sucursal Salo".

Al llegar allí, había unos hombres empacando diarios. Le pregunté qué debía hacer con mi álbum Salo, y uno dijo:

 —Oye, Marcelo, este niño completó el álbum.

Y apareció un tipo con un cuchillo en la mano, tipo carnicero. Me pidió el álbum, lo miró y lo puso en un mesón. Al final del álbum había que anotar los datos y yo los tenía en blanco. Me pasó un lápiz Bic y rellené todos los datos. Me miró y tomó el álbum. Con el cuchillo, cortó la parte donde estaban mis datos. El álbum lo cortó.

Después me dijo: "Espérame". Se fue para la bodega y me pasó un póster. Llegué a mi casa y pegué el póster. Mi misión había terminado.

Ya después de varios años, revisando mis cajas del recuerdo donde guardo todas mis cosas de niño, encontré dicho álbum de Dragon Ball. Cuando lo vi, me impresionó, estaba en perfectas condiciones. Un día lo guardé y allí quedó hasta ese día. Lo revisé hoja por hoja, cada recuerdo que encontraba, ya que cada lámina tenía su historia. Llegué al final del álbum y me acordé del hombre que cortó el álbum, pero al observar mejor, vi algo que me sorprendió.

Faltaba la última lámina, estaba arrancada del álbum. Supe de inmediato quién había sido: mi hermano menor. Cosas de la vida, mi álbum completado de Dragon Ball ya no estaba completado, le faltaba la última lámina.

Bueno, mañana estaré en mi oficina ordenando un poco los mangas, cómics y algunas figuras. Si quieres ir, te espero; me avisas antes.

Ahora cuéntame la historia de tu primer álbum.

Sin comentarios